
La comida rápida o fast food nació en Estados Unidos para satisfacer las necesidades alimentarias de una sociedad en la que la producción no dejaba tiempo al ocio gastronómico, pero la comida rápida siempre ha existido en nuestro entorno en forma de bocadillos o “bocas” como se conoce en nuestro país.
Nuestra sociedad, cada día con más prisas, ha integrado la comida rápida en los hábitos alimentarios de la población. La comida rápida, importada de Norteamérica, donde es ya un hábito cotidiano, se implanta en nuestra sociedad y gana cada vez más adeptos, especialmente en la juventud. Aunque existen muchos detractores de este tipo de comida por causas dietéticas y de otros tipos, no podemos decir que se trate de algo estrictamente desaconsejable, aunque sí lo es cuando pasa a ser un hábito diario.
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